José Ruiz Pardo Neuromarketing y estudios de comportamiento del consumidor con neurociencia aplicada.

Reflexiones en la nube


El futuro del mundo es de los «frikis» con marca

El otro día tenía una conversación de esas que gusta tener y que, dicho sea de paso, tenemos demasiado poco a menudo. Hay que dedicarle más tiempo a estas cosas. Las herramientas tecnológicas han provocado cambios en nuestra manera de relacionarnos, pero también en la forma en la que dirigimos equipos y empresas.

Nadie sabe a ciencia cierta cómo dirigiremos empresas mañana, pero lo que sí que está claro es que la tecnología estará aún más presente. Nadie sabe a ciencia cierta cómo será el marketing dentro de diez años, pero sí que la tecnología estará aún más presente. Luego saber qué se nos viene encima pasa por entender cómo evolucionará el mundo tecnológico y en esa línea iba esa conversación a la que hacía referencia al principio.

Ahí estábamos dos fans de Apple y yo, fan de Android. Y que conste mi admiración por Apple como marca y como modelo de negocio, pero yo pienso que el futuro es colaborativo y eso solo es posible con código abierto. El valor, la gestión de la marca y la capacidad de innovación de Apple son envidiables, faltan calificativos para describir cómo una empresa pasó de una situación complicada a ser el líder en todo el mundo gracias a anticiparse a todos, incluso al propio usuario, ofreciéndole prestaciones que ni en su imaginación estaban que podían existir.

La tecnología es disruptiva cuando la innovación nace de la propia tecnología y no a demanda de otro que lo necesita. Cuando alguien plantea un problema y el sector tecnológico le proporciona una solución, no deja de ser eso, una respuesta a una demanda. Pero cuando dentro del propio sector tecnológico nace una solución tecnológica, esta deja de llamarse así para convertirse en una solución que da un salto cualitativo y que se conoce como disrupción. Si Apple hubiese construido una solución a una demanda, seguiríamos teniendo Blackberrys. No construyó una solución a demanda, nació una nueva forma de entender el teléfono. Pero no lo hizo a demanda de nadie, pasó porque en Apple disfrutaban buscando usos a la tecnología. La diferencia entre una solución tecnológica y algo llamado a revolucionar un mercado es en quién nacen las ideas.

Luego el futuro es claramente tecnológico y aquello que vuelva a revolucionar el mundo, sea lo que sea lo que nos espera, tiene que nacer de la propia tecnología. Si esperas que tu empresa revolucione tu sector no le pidas a los tecnólogos que «digitalicen» tu negocio, haz que te lo reinventen. Ninguna empresa va a revolucionar nada si no es así y para lograrlo hay que disfrutar con lo que se hace. Es imprescindible porque para lograrlo hay que pasar tantas horas inmersos, como diría otro amigo mío, en códigos y en cables que, o son tu vida (y por tanto te apasionan) o son tu muerte (emocionalmente hablando).

Pero lo mejor de todo es cuando muchas cabezas pensantes todas movidas por el mero placer de hacer lo que les gusta empiezan a hacer cosas juntos y a compartir lo que hacen solo por ver hasta dónde son capaces de llegar, solo por disfrute, solo por pasión. Es famosa la frase de Bill Gates a su hijo cuando le decía: «No te rías de los «frikis» porque un día alguno de ellos será tu jefe». Hay quien a quien le gusta el fútbol, a quien le gusta ir a correr y hay a quien le gusta pasar horas entre cables y códigos. Sobre gustos no hay nada escrito. Lo que sí está claro es que cuando aquellos a los que llaman «frikis» se juntan «por amor al arte», que se echen a temblar compañías porque ellos logran gratis y haciendo lo que les gusta lo que empresas invirtiendo cantidades ingentes de dinero.

Volviendo a la conversación con la que inicié el post, me decía mi amigo, sí, sí, Apple inventa y los demás copian. Correcto, pero en menos tiempo con igual calidad y más barato. El fabricante del teléfono se preocupa del diseño del terminal y de hacer adaptaciones en el sistema operativo, porque lo principal, lo caro de desarrollar, funciona solo y casi gratis mientras que a Apple le cuesta millones en desarrolladores e ingenieros. Y llegará, de hecho está llegando, el día en que ya no haya nada que copiar y nazcan las innovaciones del mundo colaborativo.

A Apple cada día le sale más caro innovar y le cuesta más tiempo de desarrollo. A la competencia con sistemas operativos abiertos le cuesta menos acercarse y le sale más barato superarles. De hecho hay grosores y funciones que Apple ha imitado más tarde, cuando hace unos años era al revés. La diferencia es que a los de la manzana les ha salido bastante más caro que a los demás.

El futuro no es Apple, ni Microsoft, al menos no como las conocemos hasta ahora. Porque si tienen la suficiente capacidad para reinventarse, llegado el momento, lo harán y si no, pasarán a la historia de las muertes de éxito como Kodak o tantas otras que quedaron en el camino. El futuro no pasa por una empresa invirtiendo miles de millones en innovar, sino invirtiéndolos en comercializar las soluciones que otros han creado por gusto. El mundo actual es de varias marcas, pero el futuro es de los «frikis».

Las marcas seguirán siendo sinónimo de garantía, de servicio. Las seguiremos necesitando para diferenciarnos de los demás. Las necesitaremos para vender, para inspirar confianza, para dar garantía y servicio o precio. Pero no para innovar. El mundo de la tecnología de consumo, el mundo que viene, será colaborativo o no será.

En mundo commodity cada vez más commodity, no nos queda más remedio que invertir y seguir invirtiendo en marcas. Lo que cambiará es que aumentar la inversión en marca será imprescindible y no tanto hacerlo en innovación. Las innovaciones se comercializarán más que desarrollarán, se comprará cada vez más lo que otros hicieron para venderlo con la marca en la que tanto se ha invertido, cuidando no restar valor con las adquisiciones sino aumentándolo. El futuro será «friki», pero «friki» con marca.

José Ruiz

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